¿Cómo actuar ante Hemorragias Exteriorizadas?

Las hemorragias exteriorizadas se originan en el interior
del organismo, pero la sangre fluye hacia el exterior a través de algún
orificio natural. Este tipo de hemorragias pueden manifestarse por el oído, en
la orina, por la nariz, por la boca, por el ano y por la vagina.
Hemorragias por el oído (otorragias)
Habitualmente, las otorragias no revisten gravedad. Sin
embargo, cuando la pérdida de sangre es constante y, sobre todo, si la persona
ha sido víctima de un traumatismo en la cabeza, es probable que el origen de la
hemorragia sea una fractura en la base del cráneo.
¿Qué no hacer ante otorragias?
No debemos intentar detener la hemorragia.
Tampoco es recomendable tapar el oído.
¿Qué debemos hacer ante otorragias?
Activar el sistema de emergencias médicas.
Acostar a la víctima sobre el lado de la hemorragia a fin de
facilitar la salida de la sangre.
Controlar los signos vitales.
Garantizar la adecuada movilización de la víctima, para
evitar daños en el sistema nervioso central.
Hemorragias en la orina (hematurias)
Las causas de la presencia de sangre en la orina son
diversas, y se clasifican de la siguiente manera:
Causas renales:
Traumáticas. Contusiones, heridas o cálculos renales.
Tóxicas. Anticoagulantes, antibióticos.
Infecciosas. Infección renal.
Neoplásticas. Carcinoma.
Intrínsecas. Patología renal.
¿Qué debemos hacer ante hematurias?
Debemos prestar atención a este tipo de hemorragias.
Trasladar al paciente a un centro médico.
Hemorragias nasales (epistaxis)
Las hemorragias nasales pueden ocurrir comúnmente por:
Golpes o traumatismos directos que provocan la fractura del
tabique nasal.
Rotura de alguna pequeña arteriola producida por la tos,
estornudos, exposición prolongada al sol, rascado de la parte interna de la
nariz, sequedad ambiental excesiva.
Patologías tales como la hipertensión arterial, gripe o
enfermedades de la sangre.
¿Qué no hacer ante epistaxis?
No inclinar la cabeza hacia atrás ni presionar sobre el
hueso. De hacerlo, existe riesgo de que la sangre pase a la faringe y provoque
vómitos, o de que se formen coágulos que lleguen a las vías respiratorias.
No sonarse ni rascarse la nariz por dos o tres días, para
evitar un nuevo sangrado.
¿Qué sí debemos hacer ante epistaxis?
Sentar al accidentado con la cabeza ligeramente inclinada
hacia adelante, a fin de evitar la posible inspiración de coágulos o de la
propia sangre.
Presionar inmediatamente por debajo del hueso de la nariz,
del lado de la narina que sangra, durante 5 minutos e ir aflojando la presión
lentamente.
Taponar la fosa nasal correspondiente con una gasa empapada
en vaselina, dejando una parte de la gasa fuera del orificio, a fin de
facilitar su remoción, si fuera necesario.
Presionar nuevamente por debajo del hueso de la nariz.
Después de 30 minutos comprobar que no haya sangrado anterior (por la nariz) ni
posterior (por la garganta) y si la hemorragia se detuvo, retirar la gasa.
Trasladar al accidentado a un centro médico en caso de que
la hemorragia no se detenga.
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